Esto es cierto. Sin embargo, cuando un lobo caza un conejo o un león caza una gacela, lo hacen por necesidad: no podrían sobrevivir comiendo hierba. Para nosotros, en cambio, comer animales es sólo una opción: podemos sobrevivir perfectamente sin estos productos. Si podemos evitar matar animales a través de nuestra alimentación, ¿por qué no hacerlo?
Es cierto que actualmente nos encontramos en una situación de poder por encima de cualquier otra especie animal, y que tenemos los medios para criarlos, explotarlos y matarlos como queramos. Sin embargo, el simple hecho de ostentar este poder no nos da la justificación moral para ejercerlo.
No hace falta poner la vida de un animal al mismo nivel que la vida de una persona para decidir no comer animales. Basta con considerar que su vida o su sufrimiento tienen más valor que un bocadillo o una hamburguesa.
Todos los nutrientes que encontramos en la carne, los huevos y los lácteos también pueden ser obtenidos de otras fuentes. Dicho de otro modo, podemos obtener todos los nutrientes que necesitamos sin tener que consumir animales. La Academia de Nutrición y Dietética de Estados Unidos, la organización con más nutricionistas profesionales del mundo, afirma que las dietas 100% vegetales son adecuadas para cualquier etapa de la vida, incluyendo la infancia y el embarazo.
Es cierto que las hamburguesas o quesos vegetales suelen ser más caros que sus equivalentes animales. Sin embargo, la gran mayoría de productos vegetales son significativamente más baratos que la carne, los huevos o el queso. Verduras, legumbres, arroz, pasta, pan, cereales, fruta, tubérculos... los alimentos más baratos son todos vegetales.
Una de las principales funciones de la conciencia es permitir un comportamiento flexible y variable en función del contexto. Dada la limitada capacidad de movimiento y de acción de las plantas, cuesta pensar en situaciones en que el hecho de estar dotadas de conciencia les suponga una ventaja competitiva. Si tenemos en cuenta que la conciencia es un proceso costoso energéticamente, parece poco probable que la selección natural haya seleccionado plantas conscientes de sí mismas.
Sin embargo, si asumimos la posibilidad de que las plantas sientan dolor, una dieta vegana permitiría hacer sufrir muchas menos plantas que una dieta omnívora. Los animales de granja o de piscifactoría necesitan comer plantas u otros animales para crecer, y el proceso de conversión de alimento vegetal a alimento animal es muy ineficiente. Por ejemplo, para obtener 1Kg de carne de cerdo se debe alimentar al cerdo con más de 6Kg de vegetales. Dicho de otro modo, consumir productos de origen animal requiere cultivar muchas más plantas que consumir estas plantas directamente.
En algunas zonas puede haber granjas abiertas donde los animales vivan al aire libre.
Es evidente que, en estos casos particulares, las condiciones de vida de los animales son mejores que en una granja convencional, y que a lo largo de su vida sufren menos. Sin embargo, la producción de carne, huevos o lácteos siempre requiere matar a los animales de los que nos beneficiamos. Si has tenido un perro o un gato con buenas condiciones de vida, ¿considerarías ético degollarlo para comer su carne?